Y llega el momento en el que pierdes la esperanza, en el que dejas de sonreír, en el que tan solo vives sin vivir. Te das cuenta que desperdicias la vida por la que muchos pelearían pero aún así no haces nada. Es en ese mismo instante en el que te das cuenta que debes cambiar. Debes cambiar o te seguirás marchitando por dentro, debes cambiar o seguirás viendo la vida pasar y tú no vivirás. Ahora la gran pregunta es ¿Te atreverás o seguirás viviendo en tu castillo de cristal, en el cual nadie te puede dañar tan solo por el simple y mero echo que nadie puede entrar?