-Te haré hoy una promesa que durara para siempre. Te mostrare lo hermoso y lo bello de la vida y aprenderé a ver la realidad, enséñame tu como ser realista, porque me doy cuenta de que tú eres lo que siempre busque, mi felicidad está contigo y no pienso perderte nunca, recuerda eso hoy y siempre, te protegeré, tienes mi palabra- dicho eso se fue de aquel bosque por donde había llegado, con la intención de mantener viva su promesa y cumplirla, pensando en la felicidad y la compañía indicada que al fin había encontrado en esa chica, pelinegra, con sus ojos llenos de oscuridad y dolor pero con un brillo impresionante, con cicatrices, rota y dolida por todas las circunstancias que una vez afronto, él le enseñaría y a su vez aprendería junto a ella