Adam es un chico con una extraña maldición: su vida.
Y no, no es una historia de despecho adolescente que termina en tragedia suicida o amores imposibles.
Es todo lo contrario...
Él es acosado por su propio destino y no tiene más remedio que enfrentarlo. Emprende un viaje donde su cómica existencia le juega en contra todo el tiempo, exponiendo su graciosa vida a varias personas y en especial a la razón de que aquel tren que tomó aquella noche que lo llevará a la ciudad más rara en la que ha estado.
Es ahí donde se encuentra con un peculiar vagabundo que le enseña la ciudad, lo introduce en la obra sobreactuada en la que se encuentra y le presenta a su pandilla: "Perdiendo el Sentido", un trío de nómadas callejeros con algo en especial... o bueno, sin algo.
Rony, Tito y Larry, tres carismáticos (y a veces pesados) ancianos
con falta de vista, oído y gusto, respectivamente.
Aún así, nuestro ciego amigo Rony ve algo especial en Adam; siente que él también carece de algo: sentido del humor.
Y lo convierte de la noche la mañana en su pupilo
(retóricamente).
Con mucho esfuerzo, Adam intenta comprender el significado de su "mala" suerte, haciendo de su nueva vida una historia de risas para los demás, una historia irónica, para sí mismo.
Ironía... una palabra que leerás muy seguido.
Serán pequeños momentos de la vida de Draco y Harry, no tendrán un orden y estarán marcados por risas, momentos románticos y cosas locas, entre estos dos personajes.
(El mundo de Harry Potter y sus personajes pertenecen a J.K. Rowling. Esta es solo una historia hecha por diversión, sin fines de lucro)