Mil y una forma de decir te amo

- Este no es lugar para ti, ve a casa- Me miró con esos ojos tan penetrantes que sentí que entraría en mi alma.
- ¿Y porque tú estás aquí?- Pregunte mirándole fijamente- Si dices que no es un lugar adecuado y seguro... ¿Por qué estás aquí?
Él sonrió irónicamente, es más, era una sonrisa vacía, como si no le importara nada, como si nada tuviese sentido.
- Porque yo pertenezco aquí, pero tú... tú no debes estar aquí, sólo ve a casa- Me miró fríamente.
Dio un paso hacia mí e inclinó su cabeza para mirarme más de cerca. Su perfume era tan impotente como él, su aroma se sentía hasta en el lugar más asqueroso, su presencia la podías notar a kilómetros e incluso sentirlo en la más oscura sombra, él era misterioso, imponente e intimidante, pero había algo en su mirada que me hacía dudar de su personalidad tan oscura, algo diferente de todo ese mundo en el que estaba metido... quizá era bondad, ya que si no hubiese sido bondad jamás me hubiese dicho que tomará un taxi y me fuera lejos de él...