A pasos rápidos se escabulló en el mar de gente que, estresada, atestaba la ciudad a esa hora, probablemente preocupada de aprovechar el poco tiempo antes de volver a sus rutinas de trabajo; con solo ver sus rostros se alegraba de no tener que pasar sus días encerrado en alguna oficina, no podría soportarlo.
El frío clima no parecía ser una molestia para él, le agradaba sentir el cortante viento golpeando su rostro pero optó por subir la capucha de su chaleco deportivo para ocultarse. Dobló en una de las esquinas más transitadas y entonces lo vio, el hombre de edad hizo contacto visual con él indicándole en qué dirección seguir con un discreto movimiento de su muñeca izquierda, el chico lo ignoró y siguió su camino, entrando a una pequeña feria, a esa hora los estudiantes inundaban el lugar en busca de las máquinas de juegos y otras entretenciones, no era extraño que él frecuentara ese tipo de sitios, aún era joven después de todo.
Apoyó su espalda en un pilar fingiendo ver a los menores que jugaban en una máquina de baile, siguiendo las indicaciones de la pantalla. De reojo vio como uno de los jóvenes chocaba con el hombre de la gabardina azul a quien había visto solo unas calles antes, el mayor solo siguió su camino y minutos después el mismo joven se le acercó pidiéndole un cigarrillo, cuando se lo entregó el chico discretamente deslizó una pequeña nota en su mano y se largó. Se quedó algunos minutos más observando a los menores jugar, cuando se aseguró de que el lugar estaba limpio leyó el arrugado papel, era hora de hacer su parte.
Ya estoy hasta la madre de escribir tantas historias sin terminar, pero aquí vamos de nuevo...
Donde un Draco Malfoy tiene autismo, fue abandonado por su madre y se hizo mejor amigo de Harry Potter antes que el trío de oro.
hay una serpiente blanca, un lobo negro y un diario.
Ah, y los fundadores lo ven como la cosa más linda del mundo.