Hombres. Se matan por tenerte y cuando te tienen no luchan por mantenerte... Oria no lleva una vida cómoda. Trabaja de camarera y es ex drogadicta, algo que no le facilita encontrar trabajo. Vive en un apartamento pequeño y poco amueblado, donde tiene tan solo lo imprescindible para vivir. Aunque ha mantenido relaciones, Oria no tiene un buen sabor de boca de ellas, por esto siente aversión a los hombres. No tiene necesidad de formar familia a sus 33 años ni siente cariño por los menores... Pero esto cambia cuando su sobrino, Rodrigo, entra en su vida por la situación de trabajo de su hermana Ainara. Rodrigo conseguirá inyectar algo de esperanza en sus venas y la transformará en la niña soñadora que siempre fue.