Todo Lo Que Empezó

Era una mañana, y John tenia la suerte de irse a Nueva York. Todo era perfecto: hace nada se habia echado novia, ahora en verano se iba a Nueva York y por último lo habia aprobado todo durante el curso. Sus padres estaban haciendo la maleta y el hermano a la consola viciado como siempre. Y yo, pues yo estaba leyendo una novela de dickens, como me gustaba ese escritor. Mebncntraba en mi habitación, donde habia la puerta y justo a la derecha mi cama con el cojin. el escritorio enlazaba con la cabecera de la cama y hacia una media circumfrrencia acabando cerca de la puerta, mientras que el taburete permanecia allí enmedio quieto. Libros y libretas estaban esparcidos por encima. Encima de la mesa se alzaban unas estanterias donde se almacenaban de forma desordenada los videojuegos, los libros leídos y los que faltaban por leer.
De repente, sin venir a cuenta todo se echó en silencio, cosa que me estrańó. Fui a mirar al comedor y solo estaba el mando. Fui a la habitación a mirar. Nadie.