«A quien lo encuentre...», así empieza la primera de una serie de cartas dejadas en la habitación 314 de un hotel en medio de ningún sitio, firmadas por un tal Z que ni siquiera espera respuesta.
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«A quien lo encuentre...», así empieza la primera de una serie de cartas dejadas en la habitación 314 de un hotel en medio de ningún sitio, firmadas por un tal Z que ni siquiera espera respuesta.
Ulises Webster debía haber muerto esa noche. En cambio, ese accidente automovilístico sí que le había dejado heridas, y no sólo físicas.
Su vida anteriormente estaba llena de fiestas, arrogancia, hi...