"¿Cómo estás?" Odiaba que me hicieran esa pregunta.
"¿Te sientes mejor?" "¿Estás mejor?" Creen que con su preocupación me sentiría mejor.
"Tranquila, él está en un mejor lugar". Creen que con tan sólo decir esas palabras dejaría de extrañarlo, que el dolor desvanecería.
Pues no, no saben lo que se siente perder a la única persona que verdaderamente te quiso. No poder ver a esa persona todos los días como ya había acostumbrado. No poder escuchar esos típicos "Buenos días" cada mañana, y esas "Buenas noches" seguidas de un beso en la frente.
Esa hermandad, esa sobreprotección ya no existiría. Ya no estaría aquí para protegerme, para defenderme. Ahora estaba indefensa, sola. ¿Cómo iba a vivir de esta manera? El mundo me aterraba, era una pequeña indefensa, sola, contra el mundo. Una batalla que ya había perdido sin siquiera haber comenzado.
Lo tenía todo en mis brazos cada vez que lo abrazaba, pero lo perdí, todo es mi culpa, debí estar ahí y no estuve, ya no tengo nada, ya no me queda nada. No hay esperanzas, no hay fuerzas, no hay nada. No estás tú.
Necesito un ángel, necesito un guardián, necesito un protector, necesito ayuda, lo necesito a él.All Rights Reserved