Había muchas cosas que Deméter no soportaba, pero si algo excedía sus fuerzas en su totalidad, eso sin duda era el ver a una madre despreciar a un hijo suyo con o sin razón alguna. Sabía la importancia de los límites y la disciplina en la crianza, pero no había una razón lo suficientemente fuerte como para negar el amor genuino de una madre a un hijo que aún se encontraba cerca. Cuando no lo habían perdido, como de ella había sido arrebatada Perséfone. Esa era una de las razones por las cuales Hera y ella no congeniaban bien.