Sonreír para evitar explicar la causa de la pena también cansa. Esos momentos que te derrumbas y sólo quieres llorar. Cuando quieres estar sólo y que nadie te moleste. Sentir que puedes llorar y enoloquecer en la soledad sin miedo a que te juzguen ni que te lastimen más de lo que te mereces, dejar todo atrás por un momento de bienestar, de tranquilidad y paz.All Rights Reserved
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