Esta es la confesión de un hombre , que perdió toda esperanza en la guerra. Recuerdo cada faceta tuya. Recuerdo el sabor amargo de tus labios antes de marchar, no había pasión, ni siquiera añoranza. Tan solo dolor y tristeza que se desvaneció con un tembloroso roce. Eso ultimo consumió mi alma, apago la viveza de un ser que una vez conoció la esperanza en un mundo colapsado por el deseo furtivo de la guerra.Todos los derechos reservados