Sus manos se entrelazaron aquella noche, donde las estrellas parecían brillar furiosamente, mientras sus ojos se posaban sobre los de él. Inclinó la cabeza suavemente, sintiendo como el mundo entero a su alrededor se detenía, mientras el calor de la mano que sostenía la suya le hacía recorder que no estaba sola.
―Te amo,― su voz cálida contra la oreja de ella, la hicieron reír suavemente. ―Te prometo que nuestro amor será tan mágico, como las estrellas que brillan en el cielo.
Sus brazos la envolvieron, mientras presionaba su cuerpo contra el de él. El frío la hizo temblar suavemente, mientras el pasado jugaba con su mente una y otra vez. Cerró los ojos sin poder confiar completamente en sus palabras.
―¿Estás bien?― le preguntó cuando la sintió temblar entre sus brazos. ―Te prometo que sanaremos juntos.
Recostando su cabeza contra aquel duro pecho susurró las palabras que jamás creyó decir.
―Algunas heridas nunca sanan.
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Elliot Jensen and Elliot Fintry have a lot in common. They share the same name, the same house, the same school, oh and they hate each other but, as they will quickly learn, there is a fine line between love and hate.