Odio de ti cuando te vuelves ausencia, odio de ti cuando tus besos se esfuman como el rocío del cielo mañanero, odio que no sea sempiterno el cruce de tus pestañeos, odio la sombra de tu cuerpo que se fuga de mis brazos al marcharte, odio que la piel carmesí de tus labios se disfrace de olvido y el pulso de tus enredaderas no resuene cerca de mis labios, odio cuando la distancia nos separa, odio cuando me eres indiferente porque mi corazón se encoje peligrosamente, odio tener que perseguir las migajas de tus besos entre trozos de recuerdos, odio que tus inconmensurables y tiernos besos no se despidan de mis labios al marcharte, odio el sabor de extrañarte y odio no tenerte siempre cerca para besarte con la mirada.