- Mierda, mi Mery ¡no es lo que parece! - Se digno a decirme el más sinvergüenza que había estado en mi cama. No podía utilizar ninguna frase más típica¿no? Mira que hay muchas y en ese momento, justo en ese maldito momento podría haberse las ingeniado alguna. - Recuerda capullo, no soy tuya y nunca lo fui, y vez esa perrita con la que estas, me encargaré personalmente que pille cualquier mierda para que no se meta con pollas con dueña.-Dije dando un portazo. ¿Que había pasado? Aún no entendía el porque pero lo más raro fue que ya fui advertida por mi misma. Para ser más concreta, por un sueño. Uno propio, mio. Y lo peor de todo es que no era la primera vez que me sucedía. Ya llevaba un bonito historial de sueños raros que me acompañaban situaciones peculiares, pero esta fue la que me demostró que parecía que tenia un don difícil de controlar ya que mezclaba mundos, realidades y formas de ver la vida. Era un caos, vamos era Mérida en estado puro.