Imagínate por un solo instante tener mi vida, aunque, pensándolo bien, imagina tener mi familia para empezar a ponerte en mi piel. Imagina a tu madre, la número uno en certámenes de belleza y moda. Una histérica con la comida sana y la buena vida, un amor platónico a distancia, pero una pesadilla cuando está a tu lado. Ahora visualiza a tu padre, un hombre que se pasa las horas en el trabajo, en una oficina para ser más exactos, su vida se resume en una palabra: agobiada. No es una persona seria, dadas las circunstancias sería lo más común, pero él es enérgico en cualquier momento del día y de la noche. Luego está mi hermano, mi hermano mellizo para dejar las cosas claras. Vivir con él es peor que tener una madre sobreprotectora y un padre sin un respiro en su vida. Mi hermano es...insoportable. Llevamos dieciséis años juntos, dieciséis años de vernos la cara todos los días, y eso no es fácil. Somos como polos opuestos, el problema es que en este caso, los polos opuestos no se atraen. Y luego estoy yo, ¿la más normal de la casa? Lo dudo mucho, pero por suerte, me aguanto a mí misma. No soy guapa ni fea, ni alta ni baja, ni delgada ni gordita...,bueno, espera, sí, sí soy delgada, eso es de lo que más segura estoy de mí. Tengo aspecto del norte de Europa por lo que me han hecho saber, no es que no me guste mi físico pero tampoco lo veo muy de mi estilo, no es muy...normal, que digamos. Este sería un pequeño boceto de lo que es pasar el día a día con mi familia, con los Sálbez. Pues sí, está es mi familia, y está soy yo. Hasta que un día todo cambió.All Rights Reserved
1 part