Ahí Estaba ella sentada, sola, con un café en la mano izquierda, y el sonido de la tv de fondo, en un programa que en noches de soledad acostumbraba ver, no estaba prestando atención, pero le hacía sentir que él aún estaba ahí. Somnolienta, mirando por décima vez el celular , intentando hasta entender que esperaba, que quería. A caso su tipica ilusion de veinteañera enamorada, o hasta obsecionada la segaban nuevamente? ¿Qué es lo que buscaba en un mensaje?, ella sabia la realidad. Él no volvería, y menos después de lo que vivieron ese ultimo fin de semana. Mientras pintaba una caja para distraerse, esa noche, repasaba una y otra vez "las señales". De repente una brisa azota el marco de una ventana de madera vieja. Asustada se esconde entre sus piernas y llora, quiere negarlo pero incocientemente sabia la verdad. Sus familiares y amigos realmente no entendian, eran ellos o él. Queria parar pero no era un llanto común. Éste tenia un sonido diferente, era el sonido de su alma desgarrándose, como si ahujas entraran y salieran sin previo aviso de su pecho. Hilando cada amor y desamor de esos últimos años sólo llegaba a una conclusion, una anunciada, y que no venia vacía. Su locura la habia llevado al abismo de una decisión que no hubiera tardado en tomar, de no ser por el inconfundible tono de Rihanna que la interrumpe de su lapsus mental. Media desorientada relojea por el rabillo del ojo su celular y se encuentra con un mensaje totalmente inesperado..