Shizuo e Izaya siguen con sus peleas. Shinra termina hartándose, aprecia a sus amigos, y no quiere ver muerto a ni uno de ellos, por lo que decide tomar cartas en el asunto. Con ayuda de una antigua colega ayuda a ambos enemigos a liberar ese estrés y sentimientos que guardan en su interior, dejando que sus instintos los guíen. Tiene un alto porcentaje en terminar muerto después de su ayuda, pero valdría la pena... o tal vez viviría para contarlo y ver las consecuencias de sus actos. Tiempo después se lleva una gran sorpresa el médico ilegal.