Revisando la hora como de costumbre eran las 18:14, a mi izquierda, derecha o delante y detrás allí estaba. Ofrezco un atisbo de la bondad o crueldad de la que es capaz el ser humano o la vida misma, un conjunto de pensamientos y situaciones de vida, tomando tu mano y llevándote, si me lo permites y me concedes ¿6 segundos y 14 milésimas? ¿6 minutos y 14 segundos? o ¿6140 palabras? dependerá de ti, concédeme el placer de llevarte a lo profundo del alma de un desconocido amante de las letras a ese rincón inexistente para los necios y vacíos para compartirte lo que la noche me ha susurrado.