La Vegas, el inicio de una serie de malas tomas de decisiones, Sam no era diferente a esas miles de personas que tras un larga noche de borrachera, despertó en cama de otro (lo cual no es una novedad), con un anillo en su dedo anular, no cualquier anillo, uno negro con diamantes al rededor y uno mucho más grande, diamante negro y brillante, la diferencia de las personas que se casaban en la vergas era que ella es Samantha Evans, la hija del magnate mutimillonario, Darío Carter y Freya Evans, una de las mujer más ricas y temidas, no, peligrosa, esa era la palabra, pero esa no es la gota que colma el vaso, la guinda del pastel es la identidad de su nuevo marido.
Axel Scott, el hombre más deseado del mundo, encabeza el puesto número dos en la lista de los hombres más ricos e influyentes del mundo, con un pasado oscuro y con secretos peligrosos.
Podían pedir el divorcio, pero no era tan fácil, habían llamado la atención demasiado, además que los dos tenían mucho que perder dado que ninguno había firmado separación de bienes, él no quiere perder su fortuna y Sam, ella no perderá ante nadie.
Freya fue destruida en su totalidad en manos del hombre que creyó amaría por el resto de su vida, deseando la muerte tras verse en un espejo y no poder reconocerse a sí misma, pues ya no quedaba nada de lo que una vez fue.
Pero la vida le dio una segunda oportunidad por algún motivo, quizá porque el amor y la fe de su familia eran tan grandes que no permitieron que ella muriera o porque aún tenía propósitos que cumplir.
Cual fuera el caso, en medio de su agonía, odio propio y desagrado por su rostro, un amor del pasado tocará nuevamente su corazón y la hará preguntarse si alguien como ella, que ha perdido la vida, merece amar de nuevo y ser feliz luego de haber estado por mucho tiempo encarcelada en un infierno que teme volver a vivir.
¿Podrá permitirse amar ahora que el amor ha tocado la puerta de su corazón por segunda vez? ¿Podrá Freya dejar sus miedos e inseguridades atrás y permitirse ser feliz?