¿Te acuerdas de Peter Pan? Aquel chico inocente que se negaba a crecer. Sus únicas preocupaciones eran no rasparse las rodillas y que no lo encontraran el primero al escondite. Creció. Ahora nadie sabe de su paradero, Wendy desapareció de su vida y probablemente, en pocos momentos encuentre la felicidad. Yo no soy él, aunque le admiro. Recuerdo cuando no le entendía, y hacerme mayor era el sueño que inundaba mi pecho todos los días antes de irme a la cama. A mis catorce años de edad he vivido experiencias que me han hecho madurar demasiado rápido. Ahora mismo tengo miedo. Pero ahí va; esta es mi historia. Me llamo Bella y, demasiado tarde, me he dado cuenta que las rodillas raspadas sanan más rápido que los corazones rotos.