El miedo es irreparable tanto como el pasado. Si hoy dejaste de hacer algo por el miedo, te conviertes en la víctima. Pero Emma no se deja ganar por el miedo. Una noche diferente y cansadora la lleva a algo inesperado; un lugar donde nunca pensó que estaría. Tuvo momentos llenos de felicidad tanto como algunos llenos de decepción y tristeza. Pero esto no se compara para nada al momento en el que Justin le soltó la mano para siempre. Los caminos se separan, las parejas se separan y hasta el amor más fuerte puede quebrarse. Como lo hizo el nuestro. La esperanza es lo último que se pierde, pero, ¿Y si no hay esperanza de ambos lados?