Dio un largo suspiro, tomándome por el antebrazo.
- ¿Por qué no simplemente te quedas? -. Ya podía notar de qué manera lo jodía esta situación, no conseguir lo que desea. Ha de ser el típico tipo bonito acostumbrado a conseguir cual puñado se le antojase.
-Vale, ya suéltame, ambos sabemos que eso no va a ocurrir.
Solté firme aunque muy dentro de mí estaba hecha gelatina. Aflojó su agarre mientras que cínicamente me sonreía, sólo lograba ponerme los nervios de punta pensar cuales serían sus siguientes palabras.
-Entonces, ¿no es miedo, dices? -. Ladeó un poco su cabeza, me observó con tanto descaro y tan seguro de sí, que me hizo pensarlo dos veces antes de dar a conocer mi respuesta.
-Le he dicho que no.
Tanta seguridad me ha hecho creer que ya tenía pensado su siguiente movimiento, yéndose un paso más adelante que yo, dejándome atrás. Puedo percibir lo ansioso que se encuentra por sacar su as debajo de la manga y yo tan cabeza dura no me he contenido de replicarle.
-Si te beso aquí y ahora... ¿Qué tiempo crees que me tome antes de hacerte gritar mi nombre?
Mis ojos se posaron alertas en los suyos. Esto tenía que ser broma, aunque a juzgar por la seriedad que todo él denota, no tenía pinta de serlo ni en lo más mínimo...
(+18)
NO SE ACEPTA NINGÚN TIPO DE IMITACIONES O COPIAS DE LA MISMA. Todos los derechos reservados.
ALERTA DE SPOILER, NO LEER SI NO HAS LEÍDO ANTES LOS SACRIFICIOS DE LA LUNA, ESTA ES LA SEGUNDA PARTE.
Crecí rodeada de hombres lobos, sin saber que era uno de ellos.
Siempre sentí que pertenecía a este lugar, incluso cuando algunos estaban en contra de que me quedara con ellos.
Yo siempre fui parte de la manada.
Y ahora no solo era parte, era su luna. Aquella figura tan respetada como el alfa.
Oh, sí. El alfa resultó ser mi mejor amigo y mi pareja predestinada. El chico del que siempre estuve enamorada. Jamás creí posible que estuviéramos juntos, pero ahora no podía imaginarme un día sin él.
Él me aceptó como su luna y yo lo acepté como mi alfa.
¿El problema? Adquirí nuevas habilidades.
¿El otro problema? No era capaz de controlarlas.
¿El mayor problema? La magia oscura se apoderó de mí y ahora me encuentro bajo la maldición de la luna.