Lo miré con una sonrisa coqueta. Él parecía estar muriendo de nervios, tragaba saliva cada que podía y trataba de quitar la mirada de mis pechos y mantenerla en mis ojos. -______... yo... yo... no sé nada de... sexo.-Dijo en un susurro casi inaudible. Sonreí poniendo mis manos en sus piernas, pasando muy cerca de su entrepierna, la cual parecía estar a punto de romper el pantalón. -Josi... no tienes nada de que temer...-Sonreí sentándome en sus piernas.- Nos divertiremos...-Dije esta vez susurrando en sus labios. -No lo sé... soy... soy virgen... -Dijo apenado. -Entonces hazme tuya de una buena vez... -Susurré en su oído. Su piel se erizó al instante. -______... Enseñame... -Susurró -Te encantará... Y fue así como ambos caímos en la lujuria...