Ikki tenía apenas tres años cuando fue separado de su pequeño hermano recién nacido, Shun. De la noche a la mañana toda su familia estaba destruida, sus padres muertos y su pequeño hermano desaparecido. Ikki fue enviado a un orfanato en la ciudad donde al cumplir diez años fue adoptado por una familia millonaria que no conseguía tener hijos, a pesar de tenerlo todo Ikki sentía que no tenía nada. Algo le faltaba y era su hermano, ya ni siquiera recordaba su pequeño rostro... Todo comienza de una simple manera, una simple mirada, una simple sonrisa y un simple "Hola" seguido de una historia y un eterno "Eres mi vida entera"