"¿Quién eres?" Es difícil responder a esta aparentemente simple pregunta cuando te la formulan miles de voces entremezcladas, y tú caminas en la caótica oscuridad. Mejor dicho, vives en la oscuridad, y rezas para que tu interior no sea tan sombrío como el mundo que te rodea, pues la única esperanza de salir de ese extraño universo es hallar la respuesta correcta. Y pista: no, la solución no es siempre el amor. "¿Quién eres?", me preguntaron, y debería haberme reído como una loca. "Un cristal roto, un títere desmadejado, una mariposa sin alas. Yo soy yo".