Las cosas seguían como siempre, a veces un villano, un ladrón o hasta un gatito en un árbol. Paris era tranquila como lo había sido hasta el momento. Pero en ocasiones el destino nos hace probar algo nuevo, a veces los triángulos amorosos se vuelven un cuadrado y por más extraño que suene todos se mezclan con todos. Esta es la historia de como sin él saberlo, descubrí su identidad y lo comencé a molestar con el disfraz de gato al mismo tiempo que él descubrió mi secreto e hizo exactamente lo mismo. Marinette y Adrien, Marinette y Chat, Chat y Ladybug, Ladybug y Adrien. Un enredo de esos que a todos nos hacen reír.