Mis ojos, cautivan Mi cabello, enreda Mis labios, tientan Mi mirada, petrifica Leda Michelson era alguien totalmente normal. Ella creía que su destino ya estaba preparado tal cual ella deseaba. Hubo un cambio, pero no cualquiera Ser o no ser diosa? Que importa. Total el fin de los tiempos los hizo dioses. Pero faltaba alguien. Mala, perversa. He aquí donde entro yo. ¿Sabes quién soy? No lo creo Pero puedes descubrirlo