Para una persona común, un cuadro tal vez sólo puede ser una composición de colores; pero, para una persona que posee el don de entender el arte, el lienzo va mucho más allá. Significa, no sólo una composición de tonos, sino algo mucho más profundo cuyo valor excede lo que los sentidos pueden presenciar. Lo mismo ocurre en la psicología, cuyo objeto de estudio es el ser humano. ¿Pero qué sucedería si juntamos ambas disciplinas? Helen, quien se considera sólo un sujeto de mala suerte, encadenado a un pasado tormentoso, ¿podría ser entendido entre la frialdad que pregona su alma? ¿O sólo será juzgado una vez más?
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