Abnegado a la realidad por mis varios temores vanos pasados, inexistentes, esperaba bajo el manto de la noche con fría ansiedad y expectante paciencia. Antes de tu llegada, puesto a prueba mi valor estaba. Y junto al abismo de la derrota mi pasado yo extendía sus manos. Bastó una fugaz luz, para iluminar el tiempo, humedecer los ojos y agradecer la oportunidad dada. Es otro tiempo, soy otra persona. No me rendiré ante mi nuevamente. Esta vez, noté, me empujaba hacia tierra firme, en lugar de invitarme a volar una ilusión lastimera. 26/08/2016.