No eliges de quién te enamoras. Sólo llega aquel momento en que una fuerza más grande que todo el poder que posees corrompe tu cuerpo, como si ese sentimiento viajara por tus venas. Sentir la necesidad de verle, aunque prefieras la soledad. Nunca se alcanza, la perfección. Pero era exactamente eso lo que yo amaba de él.