Era su oscuridad y misterio. Era su forma de plantar cara sin miedo, de no tener miedo a nada ni nadie. Ella es luz. Él es oscuridad. Allegra nunca pensó que su vida cambiaría de un día para el otro. Sin esperarlo, sin buscarlo. Que de haber chocado con esos ojos pardo accidentalmente y esos brazos tatuados, su vida, cambiaría tanto. «Él sabía cómo llevarme al cielo pero también al infierno». PROHIBIDA SU COPIA Y/O ADAPTACIÓN. © ESTA HISTORIA FUÉ ESCRITA EL 18 DE DICIEMBRE DEL 2016.