-Kim. No se escuchó respuesta. -Mierda Kim, no tiene gracia, no te escondas. Giré un par de veces sobre mis propios talones y solamente veía árboles, más árboles y mosquitos. Esperé que fuesen mosquitos pacifistas y no me picaran. -¿Lis? ¡¿LIS?! ¡¿MALDITA ESTÚPIDA, DÓNDE ESTÁS?! JURO QUE QUIERO PEGARTE. -se hizo silencio.- LILIANS BRIEL, JURO QUE SI TE PILLO... -YA CÁLLATE, NO SEAS TAN GRITONA. -NO ME GRITES. -NO ME GRITES TÚ A MI, IDIOTA. Ambas escuchamos un ruido entre unos arbustos cercanos y nos sobre saltamos. -Ay no...seguro que es un oso, o un león, o una guepardo. -No seas drama, ¿qué puntería un guepardo en un lugar como este? El arbusto se movió de forma busca una vez más y de él salió un chico. Y joder, que chico. Que guapo. Vaya cuerpo. Y que ganas más repentinas de... -Lis, ¿por qué quiero besarle? -Okay, me alegra saber que tu mente es mucho más light que la mía. -¿Quieres...hmmm...con él? El muchacho se acercó a nosotras. -Esas sensación son porque soy hijo de Afrodita. ¡¿QUÉ?!