Siempre lo veía, pero jamás se atrevía a hablarle, su mayor deseo era que Soon Young se fijara en que él existía... su amigo en broma le contó la famosa leyenda del Tsuru o como muchos le dicen "grullas", lo que a Jihoon le llegó a su mente no se lo quitarían tan fácilmente y terminaría de construir esos mil origamis para cumplir su deseo.