Tras la tercera guerra mundial, el mundo quedó devastado y los grandes gobiernos aprovecharon esa oportunidad para forjar el mundo a su imagen y así controlar completamente el monopolio. Un día, Dios, al ver la basta corrupción, esparció ocho pares de alas a ocho elegidos para que el mas digno obtuviera las diez y seis alas y convertirse en un dios que decidiera el rumbo de la humanidad. Esta es la historia del final de la humanidad.