La mayoría de las cosas comienzan con un "hola", la palabra más común y sencilla que jamás he escuchado, la palabra que puede significar una y mil cosas; la usas como muletilla en las conversaciones, la usas como excusa cuando no tienes nada que decir, la usas para responder de la manera mas simple y hueca; pero yo la usé para dar uno de los pasos más grandes de mi vida...
Hola, diario.
Hoy me presento contigo, pero no quiero decirte simplemente Diario, te llamarás Pedro; no me preguntes por qué, solo te llamaré Pedro.
Bien, Pedro, sabes que falta exactamente nueve días para comenzar a estudiar, y no es que sea un aburrido, pero, no quiero que llegue, porque no quiero tener que conocer gente nueva, compañeros nuevos, maestros nuevos, aulas nuevas, en fin... Yo me había acostumbrado a la vieja escuela, tenía los lugares perfectos para llorar, reír o jugar y ahora tengo que ubicarme en una nueva.
Pero sabes que lo que me da miedo de empezar las clases es que yo soy el nuevo en medio de un grupo que ya está adaptado, ya hay grupos de amigos, ya hay conocidos, ya hay parejas y yo llegaré a tratar de encajar en ese mundo social.
Yo no soy de las personas que hablo con muchos, tu sabes que mis únicos amigos han sido José en 4 grado y Julio en séptimo, de José no sé nada y Julio tuvo que mudarse hace un año, por lo que prácticamente me quedé sin amigos.
Pero sabes que lo mas difícil de empezar este año no es lo que tenga que vivir, sino que mi madre ya no está conmigo para apoyarme, aunque desde el cielo siempre estará cuidándome.
Pedro, este año voy a graduarme del 9° Grado y estoy preocupado, porque solo tendré un año para formar recuerdos de 9 años con los que se supone serán mis amigos, tendré que recordar a mis amigos para luego olvidarles en el bachillerato y otra vez hacer un cambio de institución.
Bueno te dejo dormir porque parece que la abuela ya se dio cuenta que no estoy dormido y vendrá a regañarme para que me duerma.
H
No todo era fácil en mi vida, desde muy pequeño me acostumbre a despertar temprano, preparar mi desayuno, alistar mi ropa, ordenar mi cuarto antes de salir y cuidarme solo.
Pero la última cosa me resultaba más difícil de lo que esperado, siempre termino metiéndome en problemas, siendo la causa principal del conflicto ya sea en mi casa, en la escuela, con maestros o los demás alumnos.
Amigos no tengo, desde siempre he sido el chico raro de la esquina quien desaparece en los recesos sin que nadie lo note y regresa justamente antes que el profesor asignado entre al aula.
Mis calificaciones son promedio, mi tiempo libre lo dedico en hacer nada, no hago nada, solo me gusta estar al borde del precipicio; sintiendo como mi cuees mecido por el viento corriendo el riesgo de caer lo cual lo hace aún más relajante para mí y en ocasiones me roba pequeñas sonrisas sinceras al sentirme aceptado por el mundo aun estando un poco más alto que todos aquellos que pasean por las calles.
Estoy bien con mi rutina escolar y familiar, escucho las platica de mis padres durante la cena y al terminarla solo deseo buenas noches a ambos y en mi habitación lo único que hago es día en que entro al salón de clases y nuestras miradas se cruzaron.
¿Entonces quien tiene razon, él o yo y todos los demás?
📌Capítulos cortos
📌Sin fechas de actualización
📌 Totalmente de mi autoría