Podía oírse el latir de mi corazón desenfrenado, di entrada a su lengua, jugueteaba con la mia, danzaban al fuerte ritmo de esta, nuestros cuerpos se fusionaron al compás del calor momentáneo.
Me susurro al odio - ¿Sientes eso? - bajo sus manos hasta llegar a mis glúteos, envolviendome en un sentir candente y nervioso, procedió a decir - tranquila todo estará bien, estoy contigo - agaché mi rostro en señal de sumisión, mientras este era inundado por un carmesí intenso y el calor abrasador de nuestros cuerpos comenzó a acelerar el ritmo.
Procedió a retirar la prenda superior dejando ver su cuerpo trabajado y estético, a continuación retiró bruscamente su cinturón, bajando su cremallera dejó ver el negro intenso de aquella última prenda que a cada instante hacía desear su contenido.
Comenzó a retirar el último pedazo de tela y a cada instante un poco de carne se veía desnuda y cuando estuvo a punto de estallar la jaula de esa gran bestia por la presión, liberando aquel gran miembro...
Como están amigos, yo me llamo Ana y les contaré un poco de mi corta vida.