Porque hay veces en que la luz de sol nos molesta, nos hace doler los ojos, y, a algunos, nos irrita. Y hay veces en que nos encanta la luz del sol, sobre todo después de una larga temporada con su ausencia. Erik no quiere asumirlo, pero le encantan las sonrisas de Charles, el hombrecito con un carácter especial del que ha estado enamorado por más de diecisiete años.