Kim Jongwoon llevaba enamorado de su mejor amigo desde el jardín de infantes. Caso común, repetido y muy cliché, cierto, pero así era. Y si se lo preguntaban, no, no era tan duro estar enamorado de Kim Ryeowook. El menor no era de esos amores unilaterales que solo te hacían sufrir, claro que no. El chico nunca salía a citas, por suerte para Jongwoon, así que eso de sufrir al verlo con otro u otra... bueno, no ocurría.
La cosa importante aquí era que, luego de muchos, muchísimos, años de amor secreto, el Kim estaba ya harto. Decidido a confesarse. Pero, ¿Cómo hacerlo, cuando ni siquiera sabía si al menor le gustaban los hombres o las mujeres? De hecho, comenzaba a creer que Ryeowook era asexual, o algo así.
"Vamos a elaborar un gran plan. Lo llevarás a 5 citas. Algo debes aprender de él en las primeras dos. Algo que no hayas aprendido en los más de 17 años de conocerlo." Su amigo Kyuhyun sugirió sonriendo traviesamente, su ceño marcado por diminutas líneas al fruncirse apenas al pensar. Él, en cambio, se había limitado a suspirar, aceptando el caramelo que su tercer compañero de habitación, Lee Donghae, le ofrecía con una aniñada mueca.
5 citas. Era eso, o morir en el intento de confesarse.
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