Adaptarse a tu lado más humano estando ya una vez muerto no debe de ser fácil... Y menos querer pasar desapercibido y que todos acaben pensando que estás loco.
Sock es, bueno, era, un chico con tendencias homicidas que una noche mató "accidentalmente" a sus padres mientras ellos dormían, y por consecuencia, acabó con su vida también. Éste fue enviado al infierno donde le asignaron su primera tarea como demonio, atormentar a Jonathan, un adolescente que odia todo excepto los sándwiches, hasta que el chico tome el camino de la muerte por sus propios pies.
Pero por culpa (o gracias) al inevitable carácter amistoso de Sock, este encargo se le va a hacer muy muy largo. Y lleno de sorpresas, muchas sorpresas.