Olvidar= tiempo + distancia
En algún momento de la vida, todos hemos tenido un amor, prohibido...
Un amor platónico, o algo con alguien pero que era imposible sacarlo a la luz.
Tal vez por familia, por principios, por edad, estatus, por color, y hasta por sexo.
Se lo doloroso de la situación, pues me ha tocado padecerlo dos veces, pero la primera vez no fue tan tremenda... pues se consumió en el fuego de la imposibilidad...
El segundo se me hizo real, y me mostró facetas del amor que yo ni siquiera sabía que se podían sentir. Ya no estaba enamorada de algo ficticio, de algo existente únicamente en mi plano imaginario. No, estaba enamorada de un imposible muy posible.
Debo admitir que me enamoro demasiado rápido, porque apenas habrían pasado cinco días y yo ya padecía insomnios por la indiferencia de aquel hombre... y para acortar un poco la historia, y contándole al querido lector lo pasional y cursi que soy, cada que teníamos una pelea que me rompía el corazón, hacia una carta, sacando todo el amor ya la vez el odio que sentía por el... pero lo chistoso de este caso es que jamás se las mande.
Permítanme decirles que me costó trabajo conquistarlo... llegue incluso a leer libros para ver de dónde me agarraba y hacer que me hiciera caso... hasta que termine haciéndolo.
Porque el muy ingrato solo me veía como una muchachita berrinchuda que coqueteaba con él.
Lamentablemente no todas las historias tienen un final feliz, y es que a veces la edad y la distancia si afectan. Ahora yo estoy aquí, sentada frente a la computadora, escuchando nocturnos de Chopin, dejando a luz pública las cartas que escribí entre lágrimas, y el probablemente estará en su cuarto, escribiéndole a su novia, o a alguien más...
...entonces la vida sigue, los amores y dolores pasan...
Kim nunca pensó que mentir en su currículum la llevaría a una completa travesía con su joven jefe.
Nico nunca pensó que darle una oportunidad a Kim la convertiría en el amor de su vida.