THE CHRONICLES OF FANG

Me apolle en el umbral de la cocina, ocultandome tras la oscuridad. Podía ver el palido rostro de mi abuela, con los ojos medio cerrados, y varios mechones blancos que se salían de su despeinado moño, cubriendole las enormes bolsas de ojeras. Yacía delante de mi madre, que la escuchaba nerviosa, mordiendose el carrillo del labio.
-¿Y si es como Elieen? No quiero ni pensarlo.
¿De quien estaba hablando? Y, ¿quien era esa tal Elieen?
-¡Madre! ¡¿Como puedes decir eso!? Adeline y Elieen son muy distintas.
Me quede helada en oír mi nombre.
-Hija mia, hemos tenido mala suerte con esta niña.
Ambas suspiraron, y mi madre empezo a negar la cabeza y a remugar cosas en voz baja, mientras mi abuela negaba con la cabeza.