-¿Tú crees que deberíamos hacer esta broma?-dijo Sam.-Nos van a sacar del campamento. -No seas gallina, va a ser divertido. Al final te juro que te reirás de esto.-dijo Rebeca con una sonrisa macabra. Estaban ellas en la noche caminando hacia la cabaña 13 para hacer su gran broma. Rebeca entró sigilosamente para checar si había algún chico en la habitación, y al ver que no había nadie entraron a ésta. Seguidamente Sam prendió la luz del lugar. Rebeca ahogo un grito de terror, sentía como el nudo en su estómago se hacía cada vez más notorio, no podía hablar para poder llamar a su amiga. Quería llorar, correr, gritar y pedir ayuda, pero no salía nada de su boca. En cuanto Sam se giró y vio la sangre esparcida por el piso de madera en la cabaña, pronunció lo que más les aterrorizaba que estuviera pasando a ambas. -E-es-está... E-él, esta m-muerto-