Cuando ayer me fui a la cama como una chica normal, no esperaba encontrarme al despertar un pequeño duende sobre mis sabanas que me informase que soy un hada. Y no un hada cualquiera, soy la decimocuarta soberana de esta raza mágica.
Así que de la noche a la mañana, pasé de ser una estudiante que aprobaba todo por los pelos a alguien que tenía en sus manos la vida de su raza. No sé si estaré preparada, no sé si podré hacerlo. Porque entre que los Klextin, una raza en guerra con las hadas, están intentando matarme y que no me preparé el trabajo de ciencias... voy algo justa del tiempo.