Una flota alienígena invade la tierra; su única debilidad, unas armas creadas por una sustancia segregada por su propio cuerpo que adoptan forma y poderes de armas mitológicas. Sus usuarios humanos reciben el nombre de su dueño en la mitología, el mítico correspondiente. El agente Arthur se despierta en una sala de la organización encargada de derrotar a estos invasores donde le explican esta situación y le hacen mítico.