Mientras caía no dejaba de gritar, su mente no se encontraba en su mejor momento para recordar las razones por las que se había atrevido a realizar algo tan descabellado, lo que era bastante comprensible tomando en cuenta que acababa de lanzarse de un avión y ahora caía a una velocidad de vértigo a una altura tal que todos abajo parecían pequeños puntitos y manchas borrosas.