Detrás de esa faceta tan feliz y divertida se esconde un corazón puro lleno de heridas, que en un pasado han arruinado su felicidad, y que posiblemente repercutiría en un futuro próximo. Duele tanto percatarse tan tarde y saber que no hizo nada para cambiarlo y que pierde toda la noción del tiempo rodeado de sus recuerdos que solo hacen que cada noche , salgan lágrimas de todo lo que siente , que todo lo expresan, que todo lo resumen , que se pierde en ese continuo bucle de emociones recordando el último adiós que le dijo , sabiendo que no la volvería a ver en años. Y esa faceta se va , solo aparece cuando ella aparece porque sin saber como , él sigue sintiendo algo por ella y vuelven a aparecer esas heridas que lo único que hacen es que a él le sigan quedando esas lágrimas cada noche, sus recuerdos...se repiten una y otra vez en la cabeza , deseando poder cambiarlos y ahora ese motivo que repercutiría en el futuro ahora se le hace presente y más sabiendo que en esos meses que está ahora , son lo recuerdos que justamente debía olvidar .El sufrimiento continua junto a ese bucle de emociones recordándolo todo ...intentando buscar una solución , de alcanzar su único objetivo que ahora esta más lejos que antes , saber que no puede y sufrir en silencio hasta que salga la oportunidad.
Él no debería estar mirándola... pero no puede evitarlo.
Cuando Amelia se muda a una nueva ciudad, lo último que espera es encontrar un vecino que despierte en ella un deseo oscuro, un juego silencioso de miradas que se vuelve cada vez más intenso.
Todo comienza con una ventana entreabierta. Una noche en la que su cuerpo busca alivio bajo sus propias manos, creyéndose sola... hasta que lo ve a él, observándola en la penumbra.
No aparta la mirada. No se esconde.