''Había decidido probar un juego nuevo: quería acercarse a aquel mortal, conocerle y seducirle, ganarse su confianza y su amistad, para un día llevarlo a su lecho y besarlo hasta que el humano le pidiese que parase, y entonces continuaría con más violencia, mordiéndolo para succionar su sangre y pervirtiéndolo para profanar su cuerpo contra su voluntad.
Quería morderlo, violarlo, matarlo y torturarlo, quería asustarlo, pero antes quería que el mortal le conociera, le temiera, que fuera su amigo. Quería que el mortal le diera una invitación para comenzar el juego y que después, cuando se sintiera asustado le pidiera que se detenga, porque entonces él, el vampiro, no pararía y para él, el juego acabaría de empezar y para el mortal su condena acabaría de comenzar''
Gi-Hun busca acabar con los Juegos, pero no sabe que In-Ho, el hombre tras la máscara, arriesga todo para protegerlo. Entre la tensión de los retos y las miradas, ambos se acercan peligrosamente, atrapados entre el deseo, los secretos y un sentimiento que podría destruirlos.