Cuando la vio, solo puedo reconocer sus ojos, esos enormes ojos oscuros tan expresivos, tímidos y a la vez retadores. ¿Donde diablos había quedado la niña regordeta de infladas mejillas, la niña de 10 años que decía gustaba de él, a pesar de que ambos tenían muy poca edad como para saber del amor? ¿Y, cuando esa niña regordeta se había convertido en esta mujer de cintura pequeña, vientre plano, fuertes piernas e impresionantes curvas? ¿Cuando, por el amor de Dios, esa niña llorona y tímida se había convertido en una exitosa mujer de 20 años, orgullosa, inteligente, astuta, poderosa, y por sobre todo, demasiado sexy?
A Adrien Agreste le daba demasiada vergüenza como para admitirlo, pero se había quedado impactado. No sabía si sus hormonas de adolescente todavía se alborotaban aún cuando ya tenía sus bien crecidos y desarrollados 22 años, o si era que su pasada ruptura con Marinette Dupain-Cheng le estaba afectando a tal punto de querer buscar el cariño femenino en otro lado; pero lo que sí sabía era que se sentía extremadamente atraído hacia esa chica, una de los pocos amigos que él tuvo en su infancia.
Con tan solo compartir unas cuantas palabras, miradas y sonrisas de cortesía en su inesperado reencuentro, el ya quería besar esos carnosos labios pintados de rojo, quería abrazarla y no soltarla nunca, quería hacerla reír y escuchar su melodiosa voz, quería ser feliz a su lado por el resto de su vida.
Bien sabía que se comportaba como un estúpido, pero no podía evitarlo.
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ONE SHOOT DE MIRACULOUS.
LA MAYORÍA DE LOS PERSONAJES PERTENECEN A THOMAS ASTRUC.