Era un día soleado en el santuario de atenea. Despues de haber sido revividos por su diosa. Vemos a un caballero dorado llamado Degel el onceavo guardián leyendo un libro en ese momento entro el octavo guardián ósea Kardia. -Degel-dijo hablándole al onceavo caballero. -¿Qué desea caballero de escorpión? -nada -kardia tengo que decirte algo-dijo levantándose de su cómodo asiento dirigiéndose a el octavo guardián con pasos muy lentos. -¿de-no termino la frase ya que los fríos labios de Degel atraparon los de el griego. Cuando les falto el aire se tuvieron que separar se quedaron en silencio por largos minutos después de un rato el que rompió el silencio fue Degel. -yo l-lo siento-diciendo esto se fue alejando del escorpión que se quedo atónito a lo sucedido reacciono cuando Degel ya iba a salir del templo de Acuario.Todos los derechos reservados